domingo, 14 de julio de 2013

La pregunta es...¿ Quién eres tú?


¿ Quién eres tú ?


Todos, en algún momento de nuestras vidas, nos sentimos perdidos.
 Naufragamos en los roles de nuestra existencia preguntándonos por un instante...
- ¿ Quién soy yo ? ¿ una madre amorosa? ¿una artista dormida? ¿una esposa feliz? ¿ la hija que nunca será perfecta? ¿ la amiga del alma?....

Y sentimos que sólo podemos ser una, porque la identidad es unidad...
 Entramos así en un diálogo interno entre nuestros roles argumentándonos  la solución a la gran pregunta:



     Se abre el telón, sobre el escenario la pantalla de tu mente. En el patio de  butacas tú, quien quiera que seas, y alguien que, sentado en otra butaca, te resulta familiar, pero al que no puedes identificar en la oscuridad de la sala.
Alguien entra en escena:

LA MADRE.- Ni te lo pienses...¿ Has sido en algún momento capaz de cuestionar que ser madre tiene que ser lo único importante de tu vida?. ¡Debería darte vergüenza!

Hace su aparición la artista que contempla a la madre con cierto aire de superioridad.

LA ARTISTA.- ¿ Pero cómo puedes decir eso?. (Volviéndose hacia ti?)
- No escuches, por supuesto que eres madre, pero eres más que eso, eres especial, nena, eres una artista...

El señor de la butaca se regodea, es tu EGO...
Entra en escena una niña insegura atrapada en tu propio cuerpo.

LA HIJA.- Si le hubieras hecho caso a tu padre... Ya te decía él que no llegarías a nada en la vida, y tú aquí, siempre pensando en las musarañas, buscándote a ti misma....Anda qué....

Aparece la esposa por el escenario, va cabizbaja

LA ESPOSA.- ¿No te das cuenta que ahora esta eres tú? Es tu posición en el mundo, no existes sino en el nosotros. ¿ No puedes ser una esposa cómo Dios manda?

Cuando estás a punto de perder la cabeza, el silencio se rompe con una sinfonía de voces que te gritan:

LOS AMIGOS.- ¡ No te preocupes, eres especial, te queremos!

Baja el telón y maldices el momento en que te preguntaste quién eras tú.
El EGO aplaude el éxito de la función


 Porque esa es la lucha interna con nuestro EGO, la lucha entre quienes somos y quienes creemos que tenemos que ser.

Y entonces, cuando menos te lo esperas, una luz se enciende en tu interior. Por unos breves segundos te muestra su identidad, TU IDENTIDAD.
Es el Observador, el que les observa desde afuera, aunque esté dentro; el que amplía el campo de visión hasta revelar, que el presunto caos, sólo es armonía; el que sabe que así es porque así ha de ser; el que muestra el engranaje perfecto, del reloj de una vida, que sólo avanza cuando todas las pequeñas piezas están sincronizadas.
Ese reloj al que para que siga adelante hay que darle cuerda. Así, a intervalos, transitamos nuestro camino personal, a trompicones.
Nos pegamos largos tiempos vagando por el camino equivocado hasta que, en un momento dado, sentimos encajar la pieza encontrada. Sabemos en lo más profundo de nuestro ser:
- Así sí.
Y variamos el rumbo volviendo a encaminarnos por nuestro sendero personal.... Pero en cualquier momento perdemos de vista el norte, nos entretenemos con las luces que señalan los caminos de otros que nos seducen con promesas de falsa felicidad.
 Lo sabemos porque al transitar por ellos nos sentimos incómodos, como dentro de un traje que no fue diseñado para nosotros, y volvemos a esperar el desvío a nuestro propio camino, que parece confuso y casi olvidado.

Y el Observador, desde el mismo centro, desde el vértice superior de la pirámide, nos observa con sonrisa paterna. Es el padre que confía en los recursos de su hijo para alcanzar su propósito, el que sólo intervendrá cuando este se encuentre verdaderamente perdido.

Ese Observador que no sufre por los aparentes contrasentidos de una vida, y que aplaude cada acto de valentía para encontrarnos con nosotros mismos.
Hace girar el caleidoscopio de tu identidad. Ve a la madre llenándose del amor de su hijo, disfrutando de la complicidad de su esposo. Contempla a la niña, que a pesar de todo, se sabe amada por su padre y que desarrolla con pasión su creatividad sinténdose arropada por sus amigos.
Todas esas imagines danzando al son del propósito de su vida. 
Una vida hecha viñeta, ante el único ojo que habita en la cúspide del pharo de nuestra vida.

Rosa Ruiz

Este blog se ha trasladado con todo su contenido a http://pharodelogos.wordpress.com/
Te esperamos allí con nuevas publicaciones.

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